Difícil la propuesta que el Papa Francisco le ofrece, no solo al pueblo católico sino al mundo: MISRICORDIA, COMPASIÓN.
Si vamos a la raíz etimológica de Compasión, nos encontramos con paz y pasión. La compasión encierra pues dos fuerzas que para algunos y en ciertas circunstancias pudieran ser contrarias. Entendemos la paz como la ausencia de conflictos, como la tranquilidad, el acuerdo, la estabilidad... Entendemos la pasión como fuerza, impulso, imprudencia, escándalo, calor, entrega... dolor, sufrimiento. ¿Cómo pues conbinar durante todo un año (y la vida) dentro de nosotros y en nuestras obras la paz y la pasión? La respuesta es simple aunque no tan simple es su aplicación: Contemplar e imitar a Jesucristo, verddero rostro de la Misericordia de Dios Padre (parafraseando al Papa Francisco).
Jesucristo es la viva imagen de la compasión, es su persona, su vida, su entrega, su poder sobre nosotros, la manifestación auténtica de la misericordia y de la compasión. Es él la fuente, el ejemplo, el camino a seguir... Qué difícil, especialmente dentro del contexto de la situación mundial en conato de guerra permanente, una guerra que no solamente está declarada sobre grandes bloques del mundo, sino en cada hogar, en cada grupo de trabajo, estudio... En cada país. Hay una guerra permanente y esa guerra tiene su fortaleza en el egoísmo, el individualismo y el deseo de poder.
Ese individualismo, caracterizado principalmente por el relativismo del que tanto hablara Benedicto XVI y que al parecer confundimos con tolerancia, es el principal motor de guerra en la humanidad. Ese individualismo solo puede ser vencido por la fraternidad y lo que ella implica, pero ¿acaso existe vida fraterna sin compasión? Es decir: sin que cada miembro de la comunidad ame desde la realidad de su prójimo, es decir, se ponga en sus zapatos y solo desde allí, le entienda, le levante, le abrace, le sostenga, le corrija, le soporte, le ame... Cómo nos molesta que la gente no sea como queremos ("por su bien", decimos o creemos), que la gente no termine siendo clones nuestros... Es que no hemos sido llamados a ser imitados, sino a imitar al único que merece ser imitado, ya que hemos sido creados a su imagen y semejanza: Dios. Todos somos imágenes benditas de su propio ser, entonces querer que los demás sean nuestra imagen, ¿no es pecar contra Dios, no suena como el pecado que cometió cierto ángel y que hizo cometer a Adan y a Eva cuando les dijo: "serán como dioses"? ¡CUIDADO!
Pidámosle a nuestra madre del Cielo, quien supo ser instrumento de misericordia y compasión en sí misma y sagrario vivo de nuestro salvador, nos conceda por su intercesión, las gracias necesarias para aprender a vivir y a convivir desde la misericordia y la compasión, hoy que recordamos y celebramos su Inmaculada Concepción.
Hasta pronto herman@s!
Pd: 1. Gracias por sus oraciónes por Venezuela, por favor, no nos suelten, aún nos falta un camino duro y no sabemos qué tan largo. Aún hay violencia y terror contenido. Rogamos con toda la fuerza de nuestro corazón que Dios nos conceda su misericordia, compasión, perdón y reconciliación. 2. En el enlace (http://forosdelavirgen.org/91538/bula-jubileo-150413/) encontrarán un resumen de las delcaraciones del Santo Padre Francisco, sobre la Misericordia.
¡Alabado sea Jesucristo!