El anuncio del kerigma es la verdad más sencilla, pero en ocasiones la más difícil de transmitir. Es la verdad que en los primeros siglos de la Iglesia, ocupó el lugar central de la predicación.
Siempre, en todo lugar y para todas las personas, ha sido el mismo contenido.
La verdad es simple: "Jesús es el Cristo que murió por nuestros pecados y así consiguió nuestra salvación. Él nos invita a cambiar nuestra vida, a adherirnos a Él, a convertirnos a Él y así recibir el don del Espíritu en los sacramentos de iniciación: Bautismo, Confirmación y Eucaristía".
Para lograr que la gente no sólo entienda, sino que se compenetre de esta verdad y genere o resuene en ella una respuesta, se han usado diversas maneras o métodos: el carismático, el sociológico y el catequético.
El método carismático
Esta manera de anunciar el kerigma ha sido empleado, con pequeñas variantes, por diversos agentes, como el Sistema Integral de Evangelización (SINE), el Renew o Renacer y algunos grupos neocatecumenales.
El núcleo de su metodología está en enfatizar el aspecto personal de la redención realizada por Jesucristo, y transmitido a través del testimonio de alguien que ya ha sido tocado por el Espíritu de Jesús, apreciando el valor de la oración que acompaña el anuncio.
Si alguien ya está utilizando esta manera, ¡adelante! la Misión 2000 no quiere descarrilar el carro del tren que ya va caminando, sino aprovecharlo para que pueda seguir subiendo más gente al tren de la Misión.
El método sociológico
Esta manera de anunciar el kerigma es usado por sistemas de evangelización como las Comunidades Eclesiales de Base, los Procesos de Conversión, el Centro de Formación Apostólica para Laicos (CEFAL) y por alguna rama de la Acción Católica
de corte belga como la JOC Juventud Obrera Católica).
Enfatiza en su metodología el pecado social desde donde se descubre la vida de Jesús de Nazaret como el máximo ejemplo de aquel que responde al proyecto salvífico de Dios en esta historia. Valora las semillas del Verbo que ya se encuentran en la religiosidad popular y las integra en el kerigma.
Si en tu comunidad ya están usando esta forma, continúen con ella. Ya se han subido a un vagón importante. Hay que seguir subiendo a más gente de la parroquia. ¡Que no se quede nadie en la estación!
El método catequético
Esta manera es a veces equívoca: o porque es más catecismo que kerigma o por que se cree que el catecismo es el kerigma y no se le considera como la etapa inicial de todo el proceso catequético. Quienes utilizan este método en ocasiones se preocupan más por el contenido que por provocar la conversión inicial y no llegan a desencadenar un proceso.
Un gran esfuerzo de evitar estos extremos es el libro Camino de Emaús, editado por la Vicaría de Pastoral, precisamente como un instrumento de apoyo en el proceso misionero.
Otra iniciativa son los Pregones kerigmáticos que ofrecen los padres redentoristas en una cuádruple dimensión teológica, cristológica, mariológica y eclesiológica.
Proyección a nuestra realidad
En cada decanato tal vez existen las tres maneras de realizar el Primer Anuncio. Es difícil, en este momento, hacer que todas las parroquias y grupos sigan un mismo método.
No hay que olvidar que el anuncio explícito del kerigma fue olvidado por muchos años, tal vez siglos, en nuestra Iglesia; y nos ha llegado en las últimas décadas a través de sistemas o métodos que empezaron a proclamarlo, sin pasar antes por la Comisión de Catequesis, o por el visto bueno del Obispo o del Vicario Episcopal.
Lo mejor es que cada decanato prepare a su equipo misionero decanal en función de aquel o aquellos métodos que asuman los presbíteros de cada decanato.